Confucio o Kung-fu-Tze, transformó a la antigua China de una nación corrupta y al borde del caos, en una cultura cuya gente pacífica, generosa y con un alto grado de civilización impresionó a los primeros europeos, enviados 1500 años después de su muerte.
Confucio no inició una religión o se levantó en armas con un ejercito: él fundó una escuela en la cual enseñó una cierta forma de pensar y de actuar tan especial que aún en ésta época moderna, 2500 años después de su muerte, tiene un profundo significado.
Sus ideas nos muestran cómo nuestro comportamiento cotidiano afecta no solamente a aquellos que están cerca de nosotros, sino también a la nación entera. Y como círculo de influencia se extiende más allá de nosotros sin darnos cuenta.